Valoremos al artista

Es desalentador esforzarse en un lote de producción o un trabajo que nos tomó mucho empeño,  para luego tratar con un cliente arrogante que desea pagarnos una ridiculez que no compensa el proceso, el tiempo y el conocimiento empleado en ella.

Porque el cliente vio que lo hicimos de modo muy sencillo y fácil, cree que puede pagarnos lo que desea, sin saber que alcanzar esa destreza nos ha tomado, mucho tiempo, levantarnos de fracasos, esfuerzo, inversión y sacrificio.

Impriman y peguen este cartel en el taller, en la oficina, en la tienda, en el muro del Facebook, los que somos artistas tenemos que ser  valorados  y que el cliente comprenda que estamos en este oficio por amor al arte, por vocación y percepción de lo bello, y si nuestro producto se aprecia artísticamente,  también tiene un valor monetario, con el que llevamos sustento a nuestra casa.

Basta de pagar ridiculeces, basta de pagar por partes,  si  bien es cierto que  no somos un Miguel Ángel, un René Lalique  o un Carl Fabergé,  pero contribuimos  a la sociedad con nuestras obras hechas con la sensibilidad de ver el mundo todavía bello y hermoso.
En cada producto que compres te llevas un pedacito de mis ojos, mi talento, mi esfuerzo, mi sentimiento, mi corazón y todo eso NO ES POCO.

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