Una tecnología autóctona desde la época precolombina, virreinal y republicana que evidencia la creatividad y capacidad del hombre andino para elaborar piezas e plata fundida.
Este proceso rompió las limitaciones tecnológicas, en el pueblo de San Pablo en el Valle de Vilcanota ha cobijado a artesanos plateros que usan hasta hoy la técnica de la fundición de metales.
La arcilla es el elemento básico que constituye el primer paso en el proceso de formación de moldes y crisoles, con el barro luego de darle el tratamiento se elaboran los moldes de dos tapas con pines para asegurar un excelente encajado, en la que luego se vierten el metal fundido para obtener la pieza.
Sin embargo este proceso metalúrgico tuvo varios desafíos como los hornos y conseguir la temperatura ideal para fundir a los metales por lo que el artesano de esa época tuvo que pasar. (El concepto de la cera perdida proporciona una mayor libertad para conseguir piezas mas elaboradas).
Todo esto es parte de la fe, devoción y respeto a la naturaleza que ahora en estos tiempos recién podemos apreciar estos conceptos realmente ya que el mundo se esta regenerando y cada uno de nosotros miramos con ojos ecológicos al mundo.
Ese Nuevo concepto que abordamos hoy respecto a la naturaleza, ya en la época pre hispana se practicaba de modo habitual, prueba de ello existen poemas en quechua que traducidos dicen así:
Fragua mía, mi buen padre, madre y maestro.
recibe con cariño a este tu hijo;
que extendiendo esta su buen corazón.
porque tu eres mi padre y madre.
y contigo yo vivo, yo existo
extiéndeme tu oro y tu plata.
para que existamos bien sin desgracia:
Dios tutelar de Potosí, lleno de oro y plata.
A ti hermoso barro afectuoso.
recibe esta mi ofrenda,
en esta noche tan grande;
te agradezco infinitamente,
porque me haces encontrar el oro y la plata,
manipulándola cual una masa,
encuentro el pan de cada día.
cada mes, cada año.
Maestro yunque,
tu eres el que tiene mina de oro y plata,
recibe este mi regalo de todo corazón.
Si tu eres mi campana de oro,
golpeándote a ti encuentro fortuna.
mi hermosa campana.
Con gran respeto y aprecio se pedía permiso a la naturaleza para explotar los metales preciosos, muy distinto de lo que sucede hoy en día que se daña la naturaleza contaminándola y enfermando a los pobladores de la zona.
Si con elementos rudimentarios el hombre andino pudo hacer obras que nos impresionan, ahora en estas épocas de dificultad, nos motiva a re-inventarnos y sortear los obstáculos.