EL cliente llevó 3 pulseras cada uno con 14 lentejas, todas con una roca adentro.
El joyero noto un peso inusual en las pulseras, se supone que son huecas y vacías para ser fundidas y transformarlo en nuevas joyas, por eso siempre es bueno cortarlo en trozos antes de echarlo al crisol, sino Ud. responderá por el peso total del material.
Algunos trabajan con un buen material de oro de 18 K justo detrás del anillo donde es común probar la pureza del metal con ácidos y en la parte del cabezal donde van las uñas con bajo oro, pues en esa parte no se acostumbra a probarlo. Una mala praxis que desprestigia el rubro.
No hay necesidad de hacer todo eso, si tu cliente te ha regateado en el precio y no has tenido un buen margen ¡NO IMPORTA ! de seguro que te molestara un rato, pero ganas otras cosas:
Experiencia para resolver lo mismo la próxima vez,
El sabor de haber realizado un buen trabajo,
Duermes bien y lo muy importante ese cliente regresara con trabajos mas rentables
y mas aun, nos recomendara.
Los clientes no son metalurgistas para saber la pureza de la joya que están comprando, ellos son personas comunes que depositan su plena confianza en nosotros.
Si obramos bien, el universo percibe nuestras buenas vibras y todo nos ira bien, seremos felices con salud, agradezcamos al cliente que con cada encargo que nos hace nos da vida, con ello mantenemos a nuestra familia y nos da la posibilidad de prosperar.
El cliente no se merece que le estafemos, no es bueno, de por medio esta el prestigio de tu buen nombre y que por una viveza, seas señalado toda tu trayectoria como un mal fabricante de joyas, pues tarde o temprano se sabe y nuestro trabajo es rastreable.
Es bueno que al final del día al hacer un recuento con la almohada no tengas nada de que preocuparte, la Divina Providencia multiplicara nuestros beneficios y sobre todo nuestras utilidades bendecidas.